MADRID, 4 DE MAYO: LA SOMBRA DE LA DUDA

MADRID, 4 DE MAYO: LA  SOMBRA DE LA DUDA

 

La democracia u organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía, es un sistema que se basa, en la confianza de los ciudadanos en sus representantes y en las instituciones y poderes básicos del Estado. Sin confianza de la ciudadanía en los poderes y representantes públicos, la democracia no existe.  En España, esa confianza está perdida, lo que la invalida claramente, estando urgentemente necesitada de regeneración.

 

La desconfianza de los ciudadanos en las instituciones y poderes básicos del Estado se manifiesta, en estos momentos preelectorales, significativamente en Correos (Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S.A., S.M.E., empresa de capital 100% público, cuyo propietario es el Gobierno de España y que funciona a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), cuyas actividades se ajustan al ordenamiento jurídico privado).

 

Correos y las denuncias relativas a sus  fraudes en el voto por correo son consecuencias de la casi nula confianza de los españoles en la limpieza y decencia del gobierno de Pedro Sánchez y del desquiciamiento generalizado de la sociedad española, sometida a presiones y privaciones desmesuradas, como son el miedo al coronavirus, la inseguridad, la corrupción generalizada, el deterioro de la ética y la política, la pérdida de empleos y la ruina económica y no sólo de la intensa lucha por el poder y de la polarización extrema de la política española.

 

Millones de mensajes advirtiendo que el voto por correo no es seguro y que el servicio de Correos no es fiable inundan las redes sociales españolas. El ataque a Correos, que probablemente es un bulo propagado con oscuros intereses políticos, es intenso y señala a esa empresa pública como un nido de socialistas y de comunistas donde los votos pueden ser manipulados.

 

Esa ofensiva contra el servicio público de Correos es de una gravedad enorme y denota el grado de deterioro de la política española y, concretamente, de la credibilidad y fiabilidad del Gobierno de la Nación.

 

En la propagación intensa del presunto fraude en el voto por correo en las próximas elecciones de Madrid influye no sólo el precedente de Estados Unidos que derrocó a Trump, sino también la multitud de noticias, comentarios y hasta declaraciones de personas conocidas expresando la posible manipulación de las papeletas que se depositen en el servicio postal. Tal es el caso del ex diputado de Ciudadanos Marcos de Quinto,  uno de los que se ha lanzado a sembrar dudas sobre el voto por correo, pero los ataques, casi siempre anónimos, son masivos y proceden muchas veces de las maquinarias de los partidos dedicadas a triturar a los adversarios.

 

Muchos periodistas y comunicadores conocidos se han sumado también a la crítica. Uno de ellos es el conocido Alfonso Ussia, que advierte que el voto por correo no es fiable porque en esa empresa hay "tramposos".

 

La izquierda y casi todos los medios comprados por el Gobierno con dinero público, que son la mayoría, afirman que la extrema derecha está importando la estrategia de Trump y que las sospechas sobre el voto por correo son un bulo, pero el mensaje está calando profundamente en la ciudadanía, proclive en España a sospechar del poder después de comprobar las muchas mentiras y engaños que salen a diario de los políticos y, en especial, de la misma Moncloa, muchas de ellas con el Presidente del Gobierno como protagonista y especialista consumado.

 

El problema de esta campaña es que, aunque se trate de un bulo, causa enorme daño a la democracia, que sin confianza ciudadana deja de serlo para convertirse en una tiranía más o menos intensa. Cuando los ciudadanos desconfían masivamente de sus dirigentes, el sistema tiene que reaccionar porque ya no funciona. Y España se encuentra en ese trance.

 

20 de marzo de 2021

 

Emilio Clemente Muñoz