VOTANDO TÚ DESTINO

 

 

 

VOTANDO TÚ DESTINO

 

 

3 de Febrero 2021/EC

 

 

España, en general, no tiene una concepción de lo público como un ámbito de responsabilidad colectiva, ni tampoco dispone de una presencia fuerte, estructurada y responsable de lo que se ha venido denominando Sociedad Civil.

 

Nuestra hipótesis es que si ello no se intenta enderezar, favoreciendo la asunción de responsabilidades y el enraizamiento y consolidación del tejido social ya existente, y facilitando su florecimiento donde aún esa realidad es más embrionaria, el país vera incrementados los conflictos entre comunidades sociales, aumentará la tensión entre administraciones y su sobrecarga de demandas  y, en general, la capacidad colectiva para enfrentarse al futuro y a sus retos se verá fuertemente en entredicho.

 

 La sociedad civil está cada día más preocupada por la mala gestión y la falta de transparencia de los gobernantes. Para ayudar a que los vecinos se organicen e intervengan de forma más activa en la gobernanza de sus intereses, es necesario devolverles las herramientas usurpadas recientemente que le permitían trabajar más en la vida municipal e implicarse más en la problemática de su municipio. Herramientas arrebatadas,  por acuerdo de los dos corruptos partidos mayoritarios, a la recién eliminada  democracia directa de la sociedad civil  que se ejercía mediante el asamblearismo en los Concejos Abiertos, ya que este es el órgano principal de decisión en cualquier tipo de organización.

 

Podemos decir que desde nuestros Ayuntamientos hasta el Gobierno  están en general muy mal gestionados. La opacidad, el despilfarro o la pura y simple corrupción no son una excepción, sino lamentablemente la regla general.   La pasada reforma de la ley Electoral, realizada por LO 2/2011, de 28 enero y LO 3/2011, de 28 enero 2011, significó un varapalo a la Democracia en España, al “cargarse de un plumazo”, los Concejos Abiertos, último reducto de la Democracia Directa y por lo tanto de la Autonomía municipal, que tantos ídem.,  ha sufrido a través de la Historia. La Asamblea Vecinal, o de la Sociedad Civil municipal era la asociación de personas afines, en donde todos los vecinos se encontraban en igual derecho de decisión sobre un tema en particular y eran representados directamente por ellos mismos.

 

Y es que la Democracia Directa, verdadera esencia de la democracia,  ejercida en los Concejos Abiertos proponía un método eficaz para acabar con las burocracias, los “rodillos” políticos y económicos, en función de afrontar los problemas cotidianos directamente e invitaba a la participación de todos aquellos que estén inmersos en la problemática de su municipio.

 

La Asamblea Vecinal, era la asociación de personas afines, en donde todas se encontraban en igual derecho de decisión sobre un tema en particular y eran representados directamente por ellos mismos. En las Asambleas se exponía un tema para debatir, en donde se trataba de llegar siempre a decisiones por consenso para llegar a unos mínimos acuerdos y evitar de esta manera la utilización del voto. En la  Asamblea la participación era libre y voluntaria, siendo la única que podía aprobar o desaprobar acciones y decisiones previamente consensuadas.

 

Era una organización de abajo hacia arriba, tenía un principio federativo, es decir, que la Asamblea Municipal, que tomaba sus decisiones no por mandato de un presidente si no por consenso, tenía como deber procurar que este método fuera utilizado en todos los aspectos.

 

En cambio hemos retrocedido por conveniencia de los partidos políticos. La actual democracia, aceptada y recogida en nuestro texto Constitucional y hoy deformada por conveniencia de los partidos políticos, que no de los ciudadanos, es una democracia basada en la representatividad por parte de unos “especialistas” en la política, que a menudo suelen ser excelentes demagogos, y mentirosos (en España), amparados en el “manto” de los Partidos Políticos actuales, quienes nunca podrán responder a la problemática social.

 

La supuesta participación de las personas en la democracia, es decir la “libertad” de elegir nuestros representantes por medio del voto, ha generado y generará ciertos grados de burocratización en torno al poder político, creando ciertas castas políticas y tradicionales (familias y partidos) dentro de la política española. La democracia deja de ser ejercida por el pueblo, para pasar a ser ejercida por los Estados y de esta manera continuar su dominio por medio de la astucia y la fuerza. El sistema representativo se convierte entonces en un medio de dominación por el cual los partidos hacen pensar a la sociedad que es ella la soberana y la que decide por medio del sufragio… ¡Una evidente mentira!

 

Luego nos aparecen grandes propagandas invitando a participar de la democracia, la que es reducida a insertar una papeleta y escoger a los nuevos gobernantes, designados por un jefe político en cada caso, para que manipulen la ley durante delimitados periodos de tiempo. Una democracia que la única libertad que nos brinda es la de elegir los nuevos gobernantes ilegítimos, aunque legales, quienes dirigirán, salvo honrosas excepciones, a la sociedad hacia el abismo de la pobreza y el desempleo, bajo el pretexto de la voluntad popular.

 

El sistema representativo crea y garantiza, un monopolio gubernamental opuesto a los intereses de la sociedad civil dejando a un lado el sistema económico, el cual pasa a ser manejado y controlado por los bancos y las multinacionales.

 

Los que defendemos la democracia directa  a través de la participación de la sociedad civil desde abajo o sea desde el municipio como primera célula política del Estado  -el que suscribe, ha sido Alcalde dieciséis años de un municipio con Concejo Abierto-, somos defensores de esa participación directa ejercida por la sociedad civil desde abajo, desde los municipios pequeños, que son la mayoría de municipios en España, y de listas abiertas en el resto.  El sufragio universal que defienden los partidos políticos actuales, salvo alguna honrosa excepción,  es una trampa, una máscara tras la cual se esconde el poder de los Partidos políticos, de la Banca y del Estado.

 

Criticar a la democracia asamblearia de dictadura de mayorías es el mayor despropósito dentro de los sistemas “democráticos ejecutivo” dado que es el sistema que más permite el consenso real.

 

Con la pasada reforma de la Ley se ha privado a la totalidad de los vecinos  de su libertad de decidir, VOTANDO su destino  -menos a tres, cinco o siete de ellos, en los pueblos más pequeños que, aunque la tramposa ley también les brinde la opción de utilizar el concejo abierto, nadie la va a elegir, como el tiempo ha demostrado,  por ser más incómoda para el nuevo Alcalde).

 

Tampoco valen, para los detractores del Concejo Abierto, sus  argumentos de ingobernabilidad del municipio por la escasa participación ciudadana,… ¿creen acaso que, ahora que tienen prohibido asistir con voz y voto por ley, van a participar por arte de magia?... ¡Evidentemente imposible!  No sean manipuladores y admitan que lo real es que, con la nueva ley en la mano solo podrán votar tres, cinco o siete concejales,  según la población del municipio, puestos a dedo en las listas, cuando antes lo hacía todo el pueblo  si quería.

 

Si señores padres de la Patria, Uds., le dieron otro varapalo histórico más a la Autonomía municipal, yo les propongo, ahora que tanto se habla de la necesidad de una reforma de la Ley electoral, que yo comparto, si se tachan de demócratas, tengan en cuenta las reflexiones aquí vertidas y devuelvan aquella desdichada involución democrática al pueblo libre y soberano en aquellos municipios aptos por sus dimensiones censales, que son la mayoría en España y listas abiertas en los demás y recuperaremos el protagonismo de la Sociedad Civil desde abajo, tan necesaria en estos momentos tan cruciales para frenar la deriva dictatorial  a la que están llevando España.

 

Febrero 2021

 

 

Fdo.: Emilio Clemente.- ex/Alcalde de Valhermoso  -dieciséis años con Concejo Abierto- y ex/Presidente de la Excma. Diputación de Guadalajara