ALARMA A AMBOS LADOS DEL PIRINEO

ALARMA A  AMBOS LADOS DEL PIRINEO

 

04/07/2020

 

La situación en España es tan grave que como no se produzca una auténtica revolución de ciudadanos indignados con la basura dominante, sólo queda esperar a que los tiranos totalitarios tomen todo el poder y desde su omnipotencia nos aplasten.

 

El problema es que no hay otra solución viable a la vista y la caída perpetua en manos de los peores parece inevitable. El sistema tiene que rejuvenecerse y regenerarse profundamente, pero los únicos que tienen poder para hacerlo, los políticos, son los culpables del drama. La historia demuestra que la solución nunca puede surgir del mismo problema.

 

Los ciudadanos están permitiendo que el sistema sea asesinado por la clase política y protagonizan de ese modo uno de los suicidios colectivos más estúpidos y peligrosos de la Historia.

 

El fracaso de la democracia encierra un gran peligro porque deja el campo libre a los enemigos del sistema. Detrás de la esquina están los totalitarios, ansiosos por crear un Estado   controlado por ellos con mano de hierro. El fracaso de la democracia, al otro lado del Pirineo, en las elecciones francesas -los que ganaron lo hicieron con menos del 20 por ciento de los votos reales, sólo uno de cada cuatro parisinos fue a votar- es el preludio de lo peor y demuestra que los pueblos todavía libres,  harán pronto como España y otros países del mundo, que se entregan con facilidad y resignación a quienes buscan su destrucción.

 

Casi tres de cada cuatro franceses han decidido no participar en las elecciones y se han quedado en casa como signo de protesta ante la decadencia y perversión del sistema, pero lo que en realidad han hecho con esa actitud es abrir las puertas a los totalitarios y a la gente del odio, que igual les da uno u otro  nivel de participación,  para que tomen el poder.

 

Aunque son los políticos los principales culpables del fracaso de la democracia, porque la han   pervertido hasta convertirla en una cueva de ladrones ineptos y arrogantes, las consecuencias de este drama las sufriremos todos y nadie podrá decir que los ciudadanos europeos no se merezcan el castigo que les viene encima por cobardes, por desidia y por estupidez irresponsable. Dejar el poder en manos de gente como Zapatero, Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y su corte repugnante de corruptos, totalitarios, mentirosos, filo terroristas y nacionalistas cargados de odio no tiene perdón y representa un suicidio colectivo difícilmente comprensible.

 

El presidente Macrón ha quedado desautorizado, pero con él sucumbía también la actual clase política en pleno, decepcionante e incapaz de ilusionar a unos ciudadanos cada vez más frustrados.

 

Los votantes ni siquiera llegaron al 40 por ciento, pero los políticos corruptos la dieron por válida.

 

¡Viva la Democracia!

 

04/07/2020

 

 

Emilio Clemente Muñoz