LA BATALLA POR LA VERDAD

LA BATALLA POR LA VERDAD

 

 

04/06/2020

 

Durante más de medio siglo, la URSS, con su implacable propaganda, supo vender al mundo la gran mentira de su superioridad sobre el Occidente y de la dictadura proletaria sobre la democracia, todo un castillo de naipes, que como tenía por cimientos   el engaño, se derrumbó sin apenas dejar rastro.

 

Cuando la propaganda o esa capacidad de comunicar es utilizada para impulsar la justicia, la democracia y el progreso, bienvenida sea, pero no cuando es utilizada, para potenciar la mentira, el engaño y la esclavitud.

 

La mentira es utilizada de manera magistral y repetida miles de veces por el coro de los políticos del privilegio y los esclavos subvencionados; se disfraza de verdad y convence a los incautos. Es lo único que funciona a la perfección en las izquierdas, sobre todo si son totalitarias, como está ocurriendo en España.

 

¿O no es mentira que las limosnas y subvenciones no crean otra cosa que pobreza crónica, que los empresarios son malvados, que la izquierda social comunista es democrática, que los políticos de izquierda son más pobres, que la desigualdad haya aumentado en España con los gobiernos de derecha y disminuido con los de izquierda? Podrían citarse decenas de grandes mentiras instaladas en la sociedad española por la propaganda de las izquierdas, que fortalecen su opción electoral a pesar de que son pura falsedad.

 

Mienten cuando defienden que la izquierda libera a los pobres de la pobreza y distribuye la riqueza de los ricos entre los más necesitados. Los datos y las estadísticas dicen justo lo contrario, que los incrementos de impuestos los pagan las clases medias y trabajadoras, nunca los ricos, y que la izquierda incrementa la pobreza, como también agranda la dependencia del Estado y destruye la libertad de los pueblos. O que las izquierdas aman la cultura y el progreso de la sociedad, cuando en realidad hace todo lo posible para mantener al pueblo en la incultura, la pobreza y la degradación, consciente de que los pueblos pobres y que menos piensan votan a la izquierda y los más cultos y ricos a la derecha.

 

Esa izquierda tiene claro que la gran batalla del poder es la de la opinión pública y que la verdad no es la verdad sino la verdad que cuentan los medios, sobre todo la televisión, de ahí que las cadenas sometidas al poder socialista nadan en dinero público, pago evidente de la complicidad de esos poderosos medios con el dominio de las mentes que la izquierda necesita para mantenerse en el poder.

 

Nadie parecía consciente de que España avanza hacia un tipo de gobierno bolivariano donde todo el poder es del Estado y el individuo es un simple esclavo. Nadie parecía consciente de que el gobierno nos conduce con rapidez y eficacia hacia la pobreza y la incultura, que es lo que la izquierda necesita para dominar. Nadie quería darse cuenta de que cada día perdemos derechos y libertades.

 

Hasta que la derecha y los demócratas en general, desesperados porque la izquierda siempre gana las batallas de la propaganda y consigue instalar la mentira en la sociedad española, han decidido aprender y copiar algunos de los métodos de la izquierda para contrarrestar los efectos perversos de la propaganda totalitaria.

 

También la España democrática que quiere ser libre está reaccionando y aprendiendo a luchar con eficacia la batalla de la propaganda. Está utilizando la calle  con manifestaciones ordenadas y pacíficas, sin violencia, sin romper o quemar contenedores y sin saqueos ni golpes, reclutando a líderes de opinión para que planten cara a la mentira y digan al pueblo la verdad, amparados en su popularidad y en la admiración que despiertan sus éxitos. Ahí están Rafa Nadal, Pepe Reina, Feliciano López, Luis Figo, Roberto Soldado y otros muchos acusando al gobierno de Pedro Sánchez de conducirnos hacia la esclavitud y el fracaso. La última incorporación a la resistencia anti Pedro Sánchez es Sergio Ramos, que se ha aliado con los que rechazan el sanchismo y la opresión podemita.

 

La batalla por la verdad se está dando también en los medios libres no subvencionados, que cada día van siendo más, donde se apoya a las cadenas de radio y televisiones veraces y defensoras de la democracia y del Estado de Derecho, al mismo tiempo que se combate con mucha eficacia en los ámbitos de los medios escritos, las redes sociales y los periódicos y revistas digitales.

 

La verdad, aunque pisoteada y oprimida, siempre terminará aflorando y al final se impondrá, como ocurrió cuando los pueblos gobernados por el comunismo, cansados de padecer opresión y miseria, hicieron caer el Muro de Berlín, dieron un intenso abrazo a la libertad y se liberaron de la mentira represora.

 

04/06/2020

 

E.C.M