LA GRAN ESPERANZA DE ESPAÑA

LA GRAN ESPERANZA DE ESPAÑA

 

 

24/05/2020

 

España se está crispando y haciéndose ingobernable, porque el presidente no quiere someterse a las reglas de la democracia, según las cuales, cuando el fracaso es rotundo, las mayorías se resquebrajan y si la protesta es masiva, un dirigente democrático tiene que dar un paso atrás y dejar su sitio a alguien que pueda restaurar lo que él ha roto. Pero Sánchez se asemeja a un chavista sin escrúpulos y sin un sólo valor democrático, que tiene más de bolivariano descarado que de demócrata autentico, porque le resbalan las manifestaciones en contra, está aliado permanentemente con la mentira y la esencia de su personalidad es una ambición desmedida de poder.

 

Por eso está decidido a resistir en la Moncloa, pese a que su poder se resquebraja y a que sufre el rechazo creciente de millones de españoles. Su resistencia a ultranza es ya una maldición para España, un país que, bajo el mandato de Sánchez, se rompe, se empobrece y se crispa hasta el punto de  situarse al borde del conflicto civil. Sánchez ya gobierna como un espectro, sin el afecto de sus conciudadanos y sin una mayoría sólida que le sostenga en el Parlamento. Su resistencia a ultranza en el poder y el rechazo que padece no lo convierten en usurpador, pero sí es un déspota desacreditado e ilegitimo, aunque legal, cuya única salida es una desesperada huida hacia adelante que siempre ocasionará daños enormes a una España fracturada y sin liderazgo.

 

Obsesionado por resistir en medio del torbellino de rechazo de las Fuerzas Armadas, a la patronal, a las grandes empresas, a una parte importante y creciente de la ciudadanía, a sus aliados internacionales y a la mayor parte de las grandes instituciones y foros del planeta, sin olvidar la enemistad creciente de Estados Unidos, cuyas sanciones a los productos españoles y ruptura de negocios comunes está ya causando a España daños de gran calado, que le debilitan y oprimen.

 

Sánchez tiene fracturado el gobierno en varios bandos. El bando comunista de Pablo Iglesias, el moderado y pro europeo de Nadia Calviño y el de “lo que haga falta” de Iván Redondo, el gurú personal del presidente, este último sin ideología y dominado por el pragmatismo más feroz; mediocre gestor que ha sobreexpuesto al Gobierno hasta quemarlo, cuya mediocridad  es especialista en comprar votos, prensa y votantes con dinero público.

 

La gran esperanza del acosado Pedro Sánchez es que esa renta mínima, además mínima de verdad por su poco calado y dudosa eficacia y por otra parte ya funcionando hace varios años en la mayoría de Regiones, le de los votos y apoyos suficientes, de un puñado de incautos, para contrarrestar el rechazo y la protesta que le agobian en el presente y resistir en el poder lo máximo que pueda.

 

En cambio la gran esperanza del pueblo español, somos los “proles” (la inmensa mayoría de ciudadanos fuera de las redes clientelares del dañino social-comunismo), que ya empezamos a despertar, con el propósito de salvar España de tan déspota e ilegitimo Gobierno,  de los daños causaos y de la falta de libertades quebradas por tanta insolvencia gubernamental.