"LA DICTADURA PERFECTA"

¡”LA DICTADURA PERFECTA”!

 

 

Decenas de miles de mayores han muerto solos, abandonados y sin medicinas ni la atención médica a la que tenían derecho en las residencias española de la tercera edad, víctimas de la irresponsabilidad de los gobernantes (no se enviaban medicinas curativas sino sedantes y existía la orden de no ingresar a los infectados en los hospitales, lo que equivalía a dejarlos morir) y del coronavirus, un crimen que caerá, con todo el peso de la Ley, sobre las espaldas de  Pedro Sánchez, presidente del Gobierno  y también de Pablo Iglesias, responsable político de las residencias de ancianos en España y no solo por la crueldad que refleja la falta de humanidad, el egoísmo del comunismo y el afán por dividir a la sociedad, sino también por la estupidez que significa  desaprovechar la experiencia y la pericia adquirida por las personas cuando se encuentran en su edad más productiva y de mayor rendimiento intelectual:

 

Mientras los socialistas y comunistas dejan morir a los ancianos en España, abandonados y sin atención médica, confinados en sus residencias, un extenso estudio realizado en Estados Unidos por  N. Engl. J .Med. 70.389 ( 2018), demuestra que la edad más productiva en la vida del ser humano es entre los 60-70 años de edad, mientras que la segunda es de los 70 a los 80 años de edad y la tercera es de los 50 a los 60 años de edad.

 

“La Nueva Normalidad” Sanchista supone, entre otras atrocidades dictatoriales, el desprecio a los mayores, una constante en la “Nueva izquierda” Orwelliana, a la que los menos valiosos se acercan y se convierten en activistas llenos de odio hacia el sistema democrático, militando en esa izquierda difusa y confusa que vive de atizar el odio y la revolución contra el poder instituido, la economía y el sistema democrático de libertades y derechos: La Fiscalía de no estar comandada por la Jefa del “Ministerio del Odio” (valga la comparación con el citado estamento en “1984”), debiera haber intervenido.

 

También es inquietante  contemplar con horror las medidas del Gobierno, lo lógico es pensar que están destruyendo la economía española de forma premeditada y programada, como si quisieran empezar de cero. Al amparo de la lucha contra la pandemia se han desplegado políticas de demoliciones tan terribles y amenazantes contra la producción la riqueza y la capacidad productiva que parece evidente que quieren hundir España. Hay que estar ciegos para no ver que España está siendo demolida de manera persistente y planificada, desde el poder, como si quisiera que la ruina y el sufrimiento domestiquen al pueblo y se convierta en un rebaño torpe y aterrorizado que puede ser conducido directamente al matadero.

 

Pero España empieza a despertar y la rebeldía frente al abuso de poder, las arbitrariedades y las corrupciones del gobierno de Pedro Sánchez crece, en principio a toque de cacerola, por toda la sociedad, salvo los grupos subvencionados de comunicación, que son la mayoría, los totalitarios y fanatizados de la izquierda y la casi totalidad de los partidos políticos, (salvo honrosas excepciones). Es un despertar impulsado por la indignación y la rabia de tres colectivos principales: los familiares de los miles de ancianos que han muerto en sus residencias, abandonados y sin el tratamiento médico al que tenían derecho, los sanitarios, diezmados por el contagio y la muerte porque el gobierno los envió a luchar contra el coronavirus sin defensas, y por los demócratas, cansados de soportar abusos de poder y tiranía encubierta de un gobierno que quiere acabar con las libertades básicas e imponer su dominio absoluto. Ellos son, somos, el último baluarte para salvar a España de “La Dictadura Perfecta”