HOMENAJE A JULIO ANGUITA

“No me da miedo el ruido del Poder, me da miedo el silencio del Pueblo”: Julio Anguita

 

La muerte de Julio Anguita es triste y representa una verdadera pérdida para España y para la izquierda en general porque se ha marchado uno de los pocos izquierdistas dignos de respeto, capaz de cantar la "Internacional" sin que se le cayera la cara de vergüenza y de salir a las calles sin que le desprecien y abucheen sus conciudadanos, como ocurre hoy con sus "colegas", que, abrumados por el abuso de poder y por las culpas y traiciones acumuladas en la mochila de sus vidas, sólo se atreven a salir rodeados de policías y en coches con cristales tan opacos como sus carreras políticas de élite.

 

Sí, desgraciadamente ha muerto Julio Anguita, miembro destacado de la izquierda decente española que merecía respeto, mientras permanece viva y activa la izquierda indecente y malvada, la que está intentando destruir España en una vorágine de injusticias, abusos, arbitrariedades y errores fatales. Se marcha lo mejor y se queda lo peor, para desgracia de los españoles, cuya nación está siendo arrasada por políticos como Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, miembro de una de las izquierdas más injustas, abusiva, destructiva y menos respetable del mundo político.

Muchos españoles, indignados ante la obra destructora del PSOE actual y de sus hermanos comunistas, se niegan a admitir que una vez existió una izquierda decente y respetable. Se remontan al pasado, a los tiempos cuando el fundador del PSOEPablo Iglesias, amenazaba con violencia a sus adversarios y sembraba odio por España, a los tiempos de la II República, cuando los socialistas sembraron el país de monjas violadas, iglesias quemadas y asesinatos y cuando saquearon las reservas en oro del Banco de España.

 

Entonces Pérez de Ayala, uno de los mayores novelistas españoles de la época, el tercero de los "padres espirituales de la República", decía del Frente Popular:

"Cuanto se diga de los desalmados mentecatos que engendraron y luego nutrieron a sus pechos nuestra gran tragedia, todo me parecerá poco. Nunca pude concebir que hubieran sido capaces de tanto crimen, cobardía y bajeza".

 

También Antonio Machado en la composición en la que valoraba su poesía menos que la pistola de un pistolero comunista como Líster"Si mi pluma valiera tu pistola", le decía.

 

El propio Azaña una y otra vez trata a aquellos políticos izquierdistas de: “obtusos", "loquinarios", "botarates", "gente impresionable, ligera, sentimental y de poca chaveta", insufribles por su "inepcia, injusticia, mezquindad o tontería". "Zafiedad", "politiquería", "ruines intenciones", "gentes que conciben el presente y el porvenir de España según se los dictan el interés personal".

"No saben qué decir, no saben argumentar. No se ha visto más notable encarnación de la necedad. Me entristezco hasta las lágrimas por mi país, por el corto entendimiento de sus directores y por la corrupción de los caracteres. Veo muchas torpezas y mucha mezquindad, y ningunos hombres con capacidad y grandeza suficientes para poder confiar en ellos".

Tal vez excusándose, dice: "Rodeado de imbéciles, gobierne usted si puede".

 

Sin embargo, algunos izquierdistas, como el recién fallecido Julio Anguita, ex alcalde de Córdoba y secretario general del Partido Comunista, supieron ganarse el respeto de muchos españoles, incluso de miembros de la derecha, por haber demostrado decencia, honradez y coherencia.

 

Anguita se ganó el respeto de los españoles gracias a gestos como el de haber renunciado a sus privilegios y pagas como político, viviendo voluntariamente una vida de ciudadano común. Su existencia diaria fue una bofetada para la mayoría de sus colegas políticos de la izquierda, que se han despojado de valores e ideologías, aferrándose al poder, a los privilegios y la rapiña como grandes motores de sus miserables vidas. Pero quizás su mayor mérito, además de ser ejemplo vivo y respetable de ex político, haya sido sostener que a la gente hay que juzgarla por lo que hace no por lo que dice, refiriéndose a la mayoría de sus colegas de la izquierda, incluso comunistas, como Pablo Iglesias, al que nos consta que despreciaba profundamente, por predicar austeridad y hacerse millonario a la velocidad de la luz, o como Pedro Sánchez, miembro de un PSOE que Anguita siempre puso en cuarentena por sus hábitos corruptos, por quien sentía un profundo desprecio por sus mentiras enfermizas e incoherencia profunda.

 

Julio Anguita, como saben sus íntimos, compartía estos criterios duros sobre sus "colegas" de la izquierda española, pero sólo los dejaba salir de su boca, prudentemente, en las pocas ocasiones en que su indignación sobrepasaba los límites de la dignidad humana: D.E.P.

 

 

Emilio Clemente Muñoz: Ex presidente de la Excma. Diputación de Guadalajara